El Trastorno Límite de la Personalidad, de acuerdo a los manuales de diagnóstico como el DSM-5 se caracteriza fundamentalmente por la inestabilidad en distintas áreas como las relaciones interpersonales, estado emocional y autoimagen.
Hoy en día, con mayor cantidad de estudios se considera como característica principal del TLP a la Desregulación Emocional; la incapacidad (aunque se lo intente seriamente) de controlar la experiencia emocional, su intensidad, pensamientos, impulsos y conductas producto de ellas. Desembocando muchas veces en conductas problemáticas de distintas características, siendo quizas las mas graves las autolesiones e intentos de suicidio.
Marsha Linehan (terapeuta estadounidense que se ha dedicado a estudiar y desarrollar una terapia específica para casos de Desregulación Emocional) caracteriza al TLP como una problemática en la cual se encuentran desreguladas 5 áreas:
● Desregulación conductual: Dificultad para controlar sus impulsos. Lo cual puede provocar conductas problemáticas y autolesivas (la mayoría de veces como intentos de regular emociones insoportables e incontrolables por otras vías).
● Desregulación emocional: mayor sensibilidad ante estímulos, rápida escalada, mayor dificultad para volver a un estado de calma. Sensación de vacío constante.
● Desregulación de los pensamientos: Dificultad para controlar la experiencia mental que suele caracterizarse por pensamientos polarizados (blanco/negro).
● Desregulación del self: baja autoestima, inestabilidad en la autopercepción e identidad.
● Desregulación en las relaciones interpersonales: Vínculos inestables y caracterizados por la idealización o decepción total por sensación de abandono.
Teoría explicativa de la Desregulación emocional
La teoría Bio-Social explica que una persona llega a desarrollar Desregulación Emocional cuando se junta:

La vulnerabilidad biológica consiste en una alta sensibilidad a los estímulos, rápida reactividad e intensidad emocional, y dificultad para volver a un estado de calma.
El ambiente invalidante hace referencia a contextos donde se ha subestimado, ignorado e incluso castigado la experiencia emocional de la persona; dificultando el aprendizaje de vías saludables para autorregularse y/o reforzado formas problemáticas para hacerlo, por ejemplo: prestando atención solamente cuando grita o amenaza.
Metáfora de las quemaduras de tercer grado
Algo que ayuda a comprender la experiencia de alguien con TLP es imaginar que tienen una “piel emocional” como la de una persona que acaba de sufrir quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo; donde el más mínimo movimiento o roce genera una reacción de dolor significativamente más intensa que en otras personas sin quemaduras.
Terapia con mayor evidencia
La Terapia Dialéctico-Conductual (DBT) es hoy en día el modelo terapéutico con mayor evidencia para casos de Desregulación y TLP. Consiste fundamentalmente en el entrenamiento de habilidades de Conciencia plena, Habilidades Interpersonales, Regulación emocional y Tolerancia al malestar. Las cuales ayudan a que el paciente vaya siendo capaz de controlar su experiencia y construír una vida que valga la pena ser vivida.
Así mismo, es fundamental un tratamiento psicofarmacológico apropiado.
DBT ha demostrado traer mejoras significativas en la sintomatología de estos pacientes y su calidad de vida a corto y largo plazo.
Rol de la familia y acompañantes
Acompañar casos de TLP puede ser especialmente estresante para los allegados (familia, pareja, amigos) no solo por el temor a las crisis y conductas impulsivas sino porque a muchos puede costarles entender sus cambios de humor, pensamientos y conductas.
Es sumamente recomendable que los acompañantes se interioricen sobre el diagnóstico y aprendan habilidades similares a las que aprende el paciente con TLP. Tanto para saber como actuar con ellos, como para autorregularse a sí mismos frente al estrés.
Existen grupos de entrenamiento de habilidades DBT para familiares y allegados de personas con TLP dictado por profesionales especializados.
